Hace más de 50 años, un grupo de jóvenes de la Escuela de Derecho de nuestra Universidad planteó por primera vez una corriente de pensamiento distinta a las imperantes en ese momento. Todas las demás ponían intereses de distinto tipo, ya fueran políticos, sociales o meramente ideológicos, por sobre la misión fundamental de la Universidad: la búsqueda y difusión de la Verdad, basada en una sana relación entre profesores y alumnos.

          En Octubre de 1967, un grupo de alumnos de la Universidad se tomó las dependencias de la Casa Central. Jaime Guzmán y los demás fundadores del Movimiento Gremial no se enfrentaban simplemente a un movimiento instrumentalizado; se trataba de una lógica totalitaria y avasalladora, que pretendía hacer de los modelos colectivistas una opción para el país; y de la Universidad, un medio para adoctrinar a las personas y prepararlas para esa lucha, que tanto sufrimiento habría de traer al país.

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